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Lucy ha
desaparecido. Mi hermano me vigila mientras la busco por todas partes
para que no me pase nada, dice. Sólo me
mira, no ayuda mucho. Sonríe como para
animarme.
A lo mejor se perdió cuando
fuimos al parque, como aquel día que yo me escondí un rato y después no veía a
mamá. Se hizo muy de noche y tardaron mil horas en llegar. Mil. Creo que ella se asustó aún más, porque cuando
me encontraron estaba muy fría, más que mis manos, y ya no lloraba. Pero
tenía toda la cara llena de ríos sucios, desde los ojos hasta el cuello.
Aquella vez dormí en su cama, con sus brazos a mi alrededor, y ya nunca me
suelta cuando vamos de paseo.
Es raro,
porque yo también sujeto fuerte a Lucy. Estoy casi segura de no haberla
perdido de vista. Mi hermano dice que él no sabe nada. Nunca sabe
nada, creo yo.
A lo mejor
saltó de mi cama y ha salido a pasear por el jardín. O a lo mejor, no sé,
se enredó entre las sábanas. Puede que no sea la muñeca sucia que veo
colgando del árbol, sin su ropita nueva. Voy a pedirle a mamá que la baje
deprisa. A lo mejor aún no está muerta.
(Inspirado en las muñecas de Rosana y en Ceropatas la muñeca perdida de Fernando)
(Inspirado en las muñecas de Rosana y en Ceropatas la muñeca perdida de Fernando)
Entre los tres habéis conseguido que tenga miedo a las muñecas. En casa no entrará ninguna, eso está claro. Yo Rocío también me repito, pero admiro tu capacidad para meterte en la mente de los niños y aterrarnos. Y siempre disfruto con tu prosa impecable y exquisita.
ResponderEliminarAbrazos.
Ese más fría que mis manos... ufff Rocío. La muñeca en este caso no sé si es lo que más miedo me da del relato, pero la atmósfera es densa.
ResponderEliminarUn abrazo
Menuda atmósfera de terror has conseguido crear, amiga.
ResponderEliminarGracias Agus, les he tomado prestada la idea porque ayer encontré esa foto en internet y eso fue lo que salió. No es que a mí las muñecas me encanten ;-)
ResponderEliminarGracias Anita, guapa. La pobre muñeca no ha hecho nada, aparte de dejarse colgar... Un beso
¡Cómo vas trazando línea tras línea la desnudez, y no sólo de la muñeca!
ResponderEliminarMe gustó mucho. Como siempre.
Besos volados.
Me gusta mucho, Rocío, atrapas a la perfección la forma de expresarse de los niños, la lógica de ellos. Me gusta la figura del hermano, como un dios cruel que disfruta con el dolor de los demás desde su posición de poder.
ResponderEliminarHay, sin embargo, un detalle que no me gusta nada, manías mías: la foto. La foto me parece estupenda, de un mal rollo considerable, no me extraña que te inspirara, pero cuenta el final. Y aunque no es éste un microrrelato que busque el final sorpresivo, creo que gana mucho si uno ignora hacia dónde va.
Muxuk!
Excelente Rocío! una prosa exquisita y la imagen del pobre niño reclamando atención en silencio... Me gustó mucho.
ResponderEliminarAbrazos,
Uy, Araceli, no había visto tu comentario cuando he respondido antes. Gracias y besos
ResponderEliminarLola, tesoro, gracias mil. Más besos para ti
Jesús, joe, tienes toda la razón. La verdad es que, como explicaba, el micro es posterior a la foto, así que lo escribí de corrido y los colgué juntos, pero sí, el texto gana a solas. Gracias y musutxus (por cierto, aquí musu lo escriben con "s" no sé si es localismo o qué ;-)
Claudia, qué curioso, para mí es el niño (el hermano) el que le quita la muñeca... no sé si a ti te ha parecido que lo hace para llamar la atención o te ha parecido que el pobre ni pincha ni corta... Me encanta cuando interpretamos diferente, es lo mejor de los blogs. Mil gracias, guapa y un beso
Yo pensé que ya era difícil encontrar justo la foto que cuadre con tu micro y luego ya entendí que era un caso de creación inversa ;)
ResponderEliminarJo y lo has escrito en un momento,eres la leche.
Musus
Gracias reinita, últimamente es creación inversa o nada ;-) Besitos
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