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Con este amargor tan extraño,
como de almendras verdes, disfraza el sabor de la miel en la leche, para que no
piense que me está mimando. Si a mí no
me importa, de verdad. Me he
acostumbrado a los besos torpes que reparte por mi rostro cuando cree que
duermo. A veces me abraza con fuerza,
pero no abro los ojos. Yo sólo quiero
volver a casa, recuperar el revoloteo de mis niños y el calor conocido de mi
esposa en la cama.
La mujer que me cuida dice que ya
falta poco, que esta flojera pasará y podré abandonar su habitación enrejada.
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DIFICULTADES
Con este amargor tan extraño, sí, con esta punzada en la
tripa tendremos que cargar desde ahora.
Las vecinas se santiguarán al vernos.
Las que nos vean. No nos verá
todo el mundo, Luis, a los ahogados sólo nos ven unos pocos. Si nos hubieran fusilado sería otra cosa,
pero a nosotros nos va a costar librarnos del peso de las piedras.
Me han gustado los dos Rocío. El primero por la historia que subyace y empezamos a imaginar después del punto final. Y el segundo por esa extraña mezcla de elementos cotidianos, fantásticos, cómicos y drámaticos que pese al tono casi surrealista, esconden una metáfora de todo aquello que nos ahoga y no impide muchas veces salir a flote. Enhorabuena y suerte esta semana.
ResponderEliminarAbrazos.
¡Ay!, cuánto talento hay en estos microrrelatos, los elijan o no.
ResponderEliminarBesos nocturnos.
Muchas gracias Agus, eres un comentarista de élite ;-). Muchos besos
ResponderEliminarGracias Lola, guapa, por tus palabras y por pasarte que estos días tienes que descansar. Un beso terapéutico
A mí me gusta mucho el segundo es mi favorito porque además es muy breve y has conseguido que veamos la historia previa y esa mujer que aún después se sigue preocupando por el qué dirán nos sitúa en una época histórica y en un contexto.
ResponderEliminarMusu handi but
Gracias Rose, Rosanilla ;-) cuando nos comentamos tú y yo siempre nos sorprendemos. Solemos coincidir en gustos y en interpretaciones de otros micros, pero cuando intercambiamos los nuestros siempre vemos algo que no estaba allí al escribir. En mi mente hablaban dos hombres, milicianos o civiles en mitad de la guerra y en la tuya una pareja. Lo he releído y cuadra estupendamente. Gracias reina y besos
ResponderEliminarHuy, fíjate lo situé en la guerra civil claro pero pensé en un matrimonio, como se cometieron todo tipo de tropelías...qué bueno sí. Nos leemos más historias.
ResponderEliminarBesos
Fabulosos los dos, el primero tiene la esencia pura del microrrelato, una narración cuidada, muy acorde con la frase inicial propuesta y un giro final inesperado. El segundo es muy directo y también me gusta el planteamiento de quien se enfrenta a la muerte y solo desea una que sea menos angustiosa, aunque sea a destiempo.
ResponderEliminarPerfectos.
ResponderEliminarPor elegir, el segundo: "los ahogados sólo nos ven unos pocos. Si nos hubieran fusilado sería otra cosa"
Besos.
Gracias Maite, aunque escribí el primero con más calma a mí me gusta más el segundo. Besos
ResponderEliminarGracias Tor, coincides con mis gustos. Un abrazo
Yo también me quedo con el segundo: breve, pero directo. Al primero le falta algo, no sé el qué, pero no me acaba de llenar.
ResponderEliminarSaludos.
Es verdad Miguel, le falta un toque de no sé qué. Yo también lo veo pero por más que le busco... Gracias y un abrazo
ResponderEliminarA mí me gustan los dos, pero el segundo me encanta. Muchas veces a la hora de escribir lo que sale de manera más automática, menos pensado quizá, muchas veces es más fresco, por lo directo, porque se escribe desde el estómago.
ResponderEliminarGracias Manu ¡además viniendo de ti! ;-) A mí siempre me pasa igual, sí. Cuanto más lo planifico, menos me gusta el resultado. Un abrazo
ResponderEliminarLos dos están muy bien, y son al mismo tiempo muy distintos. El primero me ha recordado el cuento de Hansel y Gretel, y el segundo me ha parecido muy logrado, con ese par de muertos vivientes dispuestos a pronunciarse, o al menos a intentarlo. Los fantasmas en general me resultan simpáticos porque no se rinden. Un abrazo
ResponderEliminarGemma, guapa, me alegro de "verte" ;-)
ResponderEliminarNunca hubiera pensado en Hansel y Gretel, he tenido que releerlo y sí, mira por donde.
En el segundo los fantasmas resultan simpáticos pero dan penita... Besos y gracias
Están muy bien los dos, pero el primero me gusta más. Él sólo quiere que pase pronto, sin resentimiento, volver a casa. No se, me conmueve su docilidad.
ResponderEliminarSalud.