sábado, 26 de febrero de 2011

Otras Señales

Cuando vimos la nieve sobre Toledo por primera vez, papá cambió de estrategia.  Nos llevó a la Plaza de Zocodover, para que escucháramos atentamente.  Yo oía tiritar a mi hermano y el gemido sordo de la nieve bajo alguna  pisada, pero él pensaba que la blancura era otra señal de mamá.  Era divertido, a veces.  Fue una nevada histórica que duró semanas.  Cada día nos llevaba al mismo punto exacto, al corazón de la ciudad, decía, y nos pedía que permaneciéramos muy quietos, con los ojos cerrados bajo las cejas blancas, escuchando.  A nosotros nos entraba la risa cuando le observábamos a hurtadillas y le veíamos con la cara vuelta al cielo entre miles de copos, murmurando.  Creo que también lloraba.
Una vez mi hermano se cayó mientras jugábamos a escuchar.  Primero se había quedado muy quieto, sin temblar, y de repente estaba tirado en el suelo.  Papá lo cogió en brazos deprisa y nos llevó a casa.  Puso un buen montón de leña en la chimenea y lo acostó con cuidado.  Cuando despertó, estaba ardiendo y dijo que la había visto, a mamá.  Mi padre le besó en la frente y negó despacio, con la cara mojada. 


*Este micro tiene relación con Señales, el que publicó mi querida Rosana en su blog Explorando Lilliput (es una continuación descarada de aquel).  Envié los dos al mismo concurso pero no pudo ser ;-), así que lo dejo aquí.  Abrazos

(AH, FELIZ CUMPLEAÑOS ANE )

jueves, 24 de febrero de 2011

FELICIDADES PUCK

Como acabo de llegar al mundo de los blogs, reconozco que la facilidad con la que se propagan las noticias no deja de sorprenderme.  Me he enterado de que hoy es el cumpleaños de Mar (Los Jardines de Puck) y me sumo a la propuesta de mandarle alguna ranita para su colección.



Amistades varias
Llegó al colegio con las coletas deshechas y las uñas llenas de tierra.  Otra vez, todos los días.
Las niñas malas coreaban, fea más que fea, desastrada.  Mar caminó derecha a su pupitre con los ojos bajos, sin llorar. Tonta, más que tonta, cara sucia.  Abrió el cuaderno de puntas amarillas y líneas emborronadas.  Esperó un poco, en silencio.
Al oír los gritos sonrió a medias, bajó la mano a la altura de sus tobillos: "Ven aquí, Puck, salta.  ¿Qué hacías bajo su mesa?  Ranita lista más que lista"

Lo dicho, nos vemos por tu jardín.  Besitos

martes, 22 de febrero de 2011

Letras



LETRAS
El niño observa sus dedos.  La profesora se acerca en silencio y le apoya suavemente la mano en la nuca. 
- Tienes que terminar la máscara antes del recreo, Fernando.
Él titubea un momento, coloca los lápices de colores y elige uno, el naranja.  Intenta dibujar un sol sobre la oreja del gato.  Apoya la pintura en la mesa y coloca las manos con las palmas hacia arriba, a pocos dedos de sus ojos.
- Qué pasa, cariño.  ¿No tienes ganas de pintar hoy?
El niño la mira, avergonzado con los ojos redondos, muy serios. 
- Es que no puedo.  Me están naciendo letras.


(Para Fernando Vicente)

¡Felicidades Fer! ( Las palabras que me sobran )


domingo, 20 de febrero de 2011

En "La nave de los locos" el primer día

Mi fotoFernando Valls, de La nave de los locos, me invitó a pasarme por allí...
La publicación de la segunda entrada que me dedica coincide con el estreno de este blog, sin tenerlo planeado, y no puedo disimular que estoy como loca de contenta. 

Gracias Fernando, otra vez, por todo.

http://nalocos.blogspot.com/2011/02/rocio-romero-y-2.html

http://nalocos.blogspot.com/2011/02/rocio-romero-1.html

Despegamos

Después de mucho pensarlo, creo que al menos podemos probar…

Tengo que agradecer a mi amiga y “manager” Rosana Alonso (Explorando Lilliput) los ánimos y las pistas para llegar hasta aquí.

Os dejo el primero de los micros de mi blog, y un abrazo (también el primero de muchos, espero).



Caja de música
Estoy lista.  Me mantengo inmóvil con la espalda recta, los brazos enmarcando el cuello y las puntas en posición.  Sigo en silencio, esperando el sonido metálico que anuncia los primeros compases y con ellos mi entrada.
Se abre la tapa y renazco, mientras la cuerda me acerca al siguiente final.  Comienzo a girar y sonrío, con los labios congelados y el maquillaje intacto.  Ya estoy aquí, pienso.  Bailo de nuevo mientras sueño con variaciones de un Pas de Deux perfecto.
Aunque sé que para mí no habrá compañero de danza ni saltos en escena y nunca, jamás erraré una pirueta.  
Muere la música y se cierra la caja.  Y yo espero de nuevo, espero a que amanezca, el sonido metálico, los compases, todo.