domingo, 18 de noviembre de 2012

HUECOS

Imagen tomada de la red


En el armario, mis camisas han conquistado el espacio extra como si jamás hubieran tenido que compartirlo.  En los estantes de la nevera todo es una fiesta de proteínas magras y fruta ordenada por colores.  Mis manos se mantienen ocupadas en aquellos quehaceres que parecían urgentes mucho antes (colocar, desorganizar, recomponer, morir un poco).

Todas las formas de mi vida tratan de ensancharse en vano, buscando, rellenando tus lugares, fingiendo que nunca exististe.  Sin embargo, yo sigo viendo el hueco de tu mejilla en la almohada y me pregunto cuándo dejaré de escuchar tu voz.