jueves, 26 de mayo de 2011

Porque lo digo yo



PORQUE LO DIGO YO

El sol se filtra por la persiana, que ya no cierra bien, y en mayo nos sobra el despertador.  Llamo a los niños despacio, pensando que debería meterme un ratito a la cama con ellos para absorber esos restos tibios de sueño.  Gana la madre práctica y pienso que –por una vez– vamos a desayunar en condiciones.
―¿Qué queréis tomar? Hoy que nos da tiempo, os hago un zumito, unas tostadas y la leche con Colacao ¿vale? ―pregunto, forzando un poco el entusiasmo para que digan que sí.
―¿Que qué quiero? Yo quiero natillas y gelatina de fresa ―mi hijo mayor me mira fijamente, sabe que me ha pillado.
―Y yo un zumo y las patatas fritas que traje del cumple ―apunta la pequeña pensando, ella sí, que se puede elegir.
―No se pueden comer chuches para desayunar.
―Las natillas son un postre, pero no son chuches ―él aún no ha retirado la mirada, frunce el ceño porque sabe que tiene razón, pero también sabe que desayunará un zumito, unas tostadas y la leche con Colacao. 
Sin decir una palabra más les sirvo lo que yo había decidido y empiezan el zumo con mala cara.
―Mamá, lo que no entiendo es por qué tengo que responder cuando preguntas.  ¿Por qué hoy que podíamos elegir tenemos que comernos esto?
Suspiro incómoda, pero ahora ya se está haciendo tarde y recurro a lo que me resulta más cómodo, al democrático “porque lo digo yo”.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Megaquedada ... por partes: V - Sorpresa - Palabra de hija III

La nena de Fernando vuelve a casa
Fuente imagen
Aunque deja en mi casa un montón de recuerdos, la peque de Fernando se vuelve a casa (y a su blog).  La voy a echar de menos, sí, pero espero conocerla en persona muy prontito.  Anota eso Fer ;-)

Los caramelos que me quedan:

METONIMIA I

Lucas, nuestro vecino de la finca de al lado, tiene caballos.  Ha instalado un pastor eléctrico ―una valla electrificada ― para que no se escapen.  Mi hija quiere pasar a ver los caballos de Lucas y, de camino, le repito varias veces que no toque la valla.

―Por última vez, ¿qué pasa si tocas la valla?

―Que te electrolucas ―contesta muy seria.

Fernando Vicente Galve


METONIMIA II

Cuando vengo del trabajo, encuentro a mi hija viendo, por primera vez, dibujos del Correcaminos.

―Anda, ¿quién es ese? ―digo con entusiasmo.

―¡El Coyote! ―contesta con más entusiasmo.

―¿Y el que va por delante? ―subo un punto mi tono alegre.

―Ehh... ―mi hija quiere seguir subiendo la escala, pero se encuentra, de repente, bloqueada ―ehhh... ¡¡¡Rapidez!!!

Fernando Vicente Galve


VIDA SINTÉTICA

―¡Hija! ―me enfado ― No mates todas las arañas que veas, que vas a matar a todas y luego ya no habrá, como pasó con los dinosaurios.

―¿Ah, sí? ―pregunta con sinceridad, aunque enseguida replica ― Pero si yo he visto dinosaurios... 

―¿Dónde, lista?

―En Valencia ―se refiere a una exposición que vimos en la Ciudad de las ciencias el año anterior.

―Cariño, esos dinosaurios estaban muertos, ni se movían ni nada.

―No, papi ―concluye con naturalidad ―: solo les faltaban pilas.

Fernando Vicente Galve

lunes, 23 de mayo de 2011

Megaquedada ... por partes: IV - Sorpresa - Palabra de hija II



La protagonista de Palabra de hija a mi cuidado

Como ya os adelanté, Fernando Vicente me ha encomendado a su peque durante unos días, y hoy lo ha hecho oficial en Las palabras que me sobran.  Esta mañana me la he llevado a la playa con los míos y sospecho que le va a costar volver a Calatayud...


Soy consciente de que la echáis de menos, sí.  Os presto el envoltorio de tres caramelos más y seguimos el miércoles ;-)



ALIANZAS ESTRATÉGICAS II

Mi hija ha cogido la mala costumbre de meterse el dedo en la nariz y a veces hasta se lo chupa después.  Cada vez que lo hace, su madre le da una colleja.  Esa tarde estamos solos, cogiendo caracoles y vuelve a hacerlo, con el dedo lleno de baba de caracol.

―Cariño, no seas guarra, que eso es una cochinada.  Además ―añado como una amenaza―, tu madre te va a dar una colleja que se te van a salir los dientes.

Mi hija no se deja amilanar:

―Sí, papi ―dice, mientras intenta guiñar un ojo con torpeza―, pero solo si me ve.

Fernando Vicente Galve


MATICES

Ella está subida al respaldo del sofá y, como era inevitable, se cae rodando del respaldo al asiento y de ahí al suelo.  Por segunda vez esta semana.

Mientras la consuelo, le digo:

―Ayer te pasó lo mismo y te advertí que si lo repetías te volverías a caer rodando como una pelota.

Muy enfadada porque yo tenga razón, replica:

―¡Pero es que no ha sido igual! Ayer rodé como una pelota, pero hoy ¡como una croqueta!.

Fernando Vicente Galve

MIMETISMO

Tarde de sábado.  En un canal de la tdt encuentro una versión antigua de Tom Sawyer.  La dejamos y al cabo de un rato, en una escena de un baile, mi hija se levanta del sofá y se acerca a mí encorvada, con una mano en los riñones.  Me mira, me tiende la otra y me dice, con la educación del viejo sur:

―Baile conmigo, joven.

Fernando Vicente Galve

viernes, 20 de mayo de 2011

Colaboración en "Escríbeme una ilustración" Blog de Clara Varela

Justo después de conocer a Clara Varela el día de la quedada, me tocaba entregar mi texto para una de sus ilustraciones, así que estos días todo tiene relación con lo mismo.

Me tocó una ilustración preciosa, y dos compañeros de escritura que eligieron temas totalmente diferentes.  Los otros dos textos son de Elena Díez Fernández y Rubén Gozalo, que podéis leer aquí.

Ilustración de Clara Varela
Gracias por todo Clara
Duérmete niña

Ahora siempre es papá quien me acuesta. Las sábanas tienen más arrugas y el embozo, a veces, queda muy alto. Huele a leña y a salchichas, porque nunca nos acordamos de cerrar la puerta de la habitación. Pero papá dice que estamos aprendiendo a vivir sin ella.

—Papá. Esta noche quiero verla… ―le digo bajito desde la cama.

Se pone rígido y noto que quiere marcharse. Me siento derecha y me froto los ojos. Le cuento despacio, y escojo las palabras con cuidado, para no asustarlo. Los papás, a veces, no son tan valientes como parecen.

―Veamos ―sonríe, más tranquilo―. Cuando te dejo en la linde mientras yo riego, cada día se acerca una cabra y te cuenta cosas…

―Pequeña, de cuernos largos. Muy suave ―me apresuro en los matices para que vea que es cierto, y espero que no se eche a reír.

―Ya…

―Y me dice que por la noche, cuando yo duermo, ella me espera bajo la luna y también dice que me mira…

Papá frunce el ceño. Me bajo de la cama, empujo una silla contra la pared y abro la contraventana de madera. Miro hacia afuera entornando los ojos, pero no se ve nada.

―Pues se toma siempre la leche que le dejo― insisto.

Mi padre me explica que muchos animales se acercan a las casas por si encuentran comida. Lo dice mirándome a los ojos, muy serio, como si no me creyera capaz de entenderlo. Y yo asiento despacio, segura de que no, él no me ha entendido a mí. Un último intento, me digo.

―Cuando se marcha, todo huele a las flores de mamá.

Papá se levanta de mi cama y acerca sus labios a mi mejilla. Tiene la mirada borrosa, parpadea un poco, pero no dice nada más. Sólo “duérmete, cariño”.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Megaquedada Microcuentistas - Vamos por partes: III - Sorpresa - Palabra de hija

LA SORPRESA
Mi querido Fer al que no podré odiar a gusto en un tiempo, aunque le echen de todos los concursos por acaparador y siga escribiendo como escribe... ¡ay!
 
Corre el rumor de que nuestro Fernando (depropio), trató de hacer publicidad de los productos típicos de su tierra y no lo consiguió.  Pues es falso.  Fer, que como dice Anita tiene a quien parecerse, siempre consigue lo que se propone :-). 

Su micro tuneado envolvía un caramelo gigante (un adoquín de Calatayud) que le tocó a Ángeles (de Zaragoza), pero fue precavido y cargó con otros 8 (más pequeñitos) que me traje yo a Bilbao (emocionadísima, Fer, no sé si volveré a odiarte como antes, me repito, lo sé).  

Lo de la promoción ya está superado ¿eh? como se ve a la caja ya le faltan más de dos...

 
Bueno, lo mejor de la historia es que cada adoquín venía envuelto en un micro INÉDITO de su serie "Palabra de hija" de la que me declaré fan incondicional hace mucho tiempo (de la serie y de la protagonista, sí).  Los voy a publicar en dos o tres veces con permiso expreso de su papi ¿eh?.  Que los disfrutéis.


 
ALIMENTO DE SIRENAS
Su abuela le pregunta qué ha comido en el colegio.
Algas, ¡como las sirenas! contesta entusiasmada.
¿Algas? su abuela no acaba de creérselo, pero como todo es tan moderno ahora -¿Seguro que algas, nena?
Sin levantar la vista del periódico, me apresuro a traducir:
Acelgas, mamá, ha comido acelgas.
 [Fernando Vicente Galve]

 
ADIOS, CEROPATAS
Veo a mi hija jugando con dos barbies, Ania y Florence.
―Cariño, ¿y Ceropatas?
―Por ahí ―dice, sin interés.
―¿Ya no juegas con ella?
―No, es que… se ha echado novio.
Mi hija señala con el dedo hacia un rincón donde está Ceropatas junto a un muñeco muy pequeño, un diminuto príncipe con capa que ha perdido la pintura y ahora es completamente azul.
Divertido, le pregunto cómo se llama el novio.  Mi hija lo mira y lo bautiza al instante:
―El Capitán Capazul.
[Fernando Vicente Galve]

Megaquedada Microcuentistas- Vamos por partes: II

Cuentistas,
Sigo manteniendo la emoción sobre la sorpresa de Fernando porque aún no sé cómo la voy a presentar ;-).  De momento, por ser una entrada más facilita y rápida, os dejo el micro que llevé yo y que le tocó a nuestro Torcuato

La imagen no nos hace justicia :-)


Cuadro de Gerardo Díaz

DESAHUCIO
Mamá miraba el hueco de la escalera con los ojos muy abiertos y oscuros.  Las gemelas, extrañamente silenciosas, se cogían de la mano y guardaban sus mejillas a pocos centímetros de mi espalda.  Hasta el pez permanecía inmóvil mientras sonaban los golpes en el portal.  Yo, con mi nueva experiencia como hombre de la casa, protegía la pecera con fuerza entre mis brazos.  Y me dispuse a bajar aquel primer escalón. 


martes, 17 de mayo de 2011

Megaquedada Microcuentistas- Vamos por partes: I

Queridos todos,
aquí va mi primera entrada sobre el 14 M (con M de Magia, como decían por ahí), por fin, aunque os prometo que no quería darle tanto misterio ;-). Lo malo de publicar tarde, es que ya lo hemos dicho casi todo, que nos sorprendió ponernos cara, que lo pasamos de miedo, que si las cervecitas... Cuando terminaron las presentaciones (magistrales), las lecturas, los cuentacuentos, los abrazos de pasayo, cuando las ranas se convirtieron en princesas, conocimos las sonrisas de las islas, e identificamos los mil acentos del castellano, entonces, lo que a mí me llamó la atención es que parecíamos conocernos desde hacía muchas vidas.  Fue precioso, gracias chicos, aunque repitamos -espero- no creo que olvide esta primera vez.

Bueno, habéis publicado unas crónicas excelentes así que, para no demorarlo más, os voy a enseñar tres de mis regalos: el micro de Alberto que me tocó en el sorteo, con el marcapáginas ilustrado por Juanlu y el ex-libris de nuestra Elisa.  

El micro es un cuento precioso acerca de Federico, un niño que ve la vida a través de las palabras de su abuelo y que además hace amistad con la luna.  Alberto (NiñoCactus), uno de mis encantadores compañeros de mesa, lo transcribió desde su blog y lo ilustró a mano.  Más tarde me dijo que no se le daba bien dibujar (!) y este es el resultado, juzgad sin miedo (a mí me encanta ;-) 


El micro de NiñoCactus con un pequeño broche y el marcapáginas del mismo autor ilustrado por Juanlu


















Como a veces parezco nueva, he leído por ahí un consejillo de Fernando en el que sugiere que se podría escanear, más que nada porque las fotos son un poco malas.  Así que, siguiendo instrucciones del maestro de ceremonias:


Pero, definitivamente, se lee mejor en su blog:

Al final de la comida, Elisa nos dejó un regalito a cada uno (esto es cariño y talento a raudales, sí señora, mil gracias).



En fin.  Como habéis visto por el título, esta es la primera parte porque yo (sí, yo solita ;-) recibí un regalo sorpresa al que le debo una entrada aparte... Pero ya sabéis, con calma  porque éste hay que saborearlo como los caramelos gigantes de Calatayud ;-)


jueves, 5 de mayo de 2011

JARDÍN DE INFANCIA (más ReC)


Imagen

Este gordo ocupa mucho lugar, habrá que trasplantarlo.  El jardinero se rasca la nuca distraído.  Sí, arrancadle esas granadas maduras y desenterradle los pies.  Con cuidado, no rompáis ningún dedo.

Se vuelve hacia los maceteros, dispuestos en fila por orden de fruto.  Estupendo, ahora plantad ahí a esas gemelas diminutas, las de los rizos castaños.  Están a punto de brotarles manzanas de los pechos.  Se acerca e inspecciona sus brazos en flor. ¿Qué tenemos aquí? ¿Membrillos?, sonríe, pensando en injertos.  Necesitamos más esquejes.  

Mientras las plantan muy juntas, las niñas entrelazan las hojas de sus dedos y abren los ojos de par en par.