Imagen tomada de la red |
Teníamos un buen plan. La pecera en el suelo incitaría a nuestro gato
a tratar de capturar los dos peces de colores que trajeron los Reyes. Se volcaría: papá siempre corriendo, su pie
sobre el agua y un precioso mortal, gritos y esas cosas. Tendría que romperse las piernas, o por lo
menos una, ya acordamos que un brazo no iba a valer para nada. Con la pierna rota ya no podría marcharse,
mamá le haría compota de manzana y se darían besos, seguro.
Estuvimos sentados junto a la pecera
durante horas, estudiando el ángulo, frenando al gato. Con el tiempo mamá tiró los cadáveres de los
peces por el retrete, llenó la bola con piedrecitas y al final la subió al
desván. Mi hermano y yo todavía miramos hacia
la puerta muchas, muchas veces.
Rocio, que tristeza me ha dado con ese final, que se carga de un plumazo la ternura de esos dos niños que no quieren que su padre se marche. Aunque no saben que la vida no es matemática y que muchas veces,no podemos detener esto u otro aspecto de lo que nos rodea.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Abrazos.
Sí, lo que pueden llegar a intentar los niños con tal de que todo vuelva a ser igual. Y sí, siempre seguirán mirando esa puerta. Muy triste, pero como siempre muy bien escrito.
ResponderEliminarBesitos
Chapeau, Rocío. Qué hondo cala esa primera persona que cuenta un plan trunco otra vez... Besos van!
ResponderEliminarNo todo sale como se espera y a veces hay que aprenderlo siendo niño. Es una belleza tu micro novela Rocío. ¡Qué bien elaborada! Muestras la ilusión infantil y dejas abierta la puerta, la de la esperanza que en el caso de los niños es lo último que se pierde.
ResponderEliminarPobres criaturas.
ResponderEliminarLa inocencia de los niños, el apego por los padres y sus artimañas ante lo que no comprenden. Ellos sólo entienden el amor por sus padres, nada saben de las decisiones de los adultos que tantas veces hacen demasiado daño en sus almas tan pequeñitas e inocentes.
Genial.
Besos mediterráneos.
¡Qué no harían los hijos por retener a sus padres! Lo bordas, Rocío. Tú y tus historias de niños.
ResponderEliminarMil besos.
Los planes para retener suelen fallar... Bravo Rocío!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire
¡Bravo, Rocío!
ResponderEliminarEste es un micro que -prevaliéndose de la ternura que siempre genera el desconsuelo infantil- se hace con los sentimientos del lector. De líneas perfectamente trazadas, destaca el triple acierto de elección de enfoque,tono y ritmo.
Mis aplausos.
Un abrazo,
Qué bien que vuelvas a la carga, Rocío. Me encantó ese "precioso mortal". El micro está impregnado de agua, me gusta.
ResponderEliminarBesos,
Ana
Rocío, que te me habías perdido, hija.
ResponderEliminarPrimero, enhorabuena por ese Mar de Pirañas, que me voy a comprar ya.
Segundo, que este micro me gusta mucho, lo que hacen los niños por esa felicidad que los mayores no sabemos darles muchas veces.
Un abrazo muy grande. Rocío, no Rosa
Nicolás, gracias. La verdad es que el final es muy triste, pero sí la vida no es matemática. Ellos lo aprenden pronto.
ResponderEliminarElysa, gracias guapa. Espero que todo saliera bien :-)
Sandra, es verdad me ha gustado tu expresión "el plan trunco otra vez" porque seguro que los pobres lo intentaron mil veces :-). Gracias y un beso
Rosa, gracias corazón (todos fallan sí)
Pedro (PSN), ¡cómo me alegra que te haya gustado! a mí también me gusta el tono, no el de mi narrador, sino el que utilizan los niños siempre, siempre. Gracias
Ana, gracias. Oye el mortal es porque a los míos les chiflan las caídas, pero no me había dado cuenta de que estaba tan empapado. Gracias Anita, besos
Elena, cómo no te me voy a perder después de este medio año sabático ;-). Gracias por las enhorabuenas es un Mar lleno de buenos micros, a mí me ha gustado muchísimo (naturalmente no me estoy refiriendo a los míos). Por cierto si sólo me llamas Rosa tú, mientras no me vuelva loca y deje de responder a Rocío, puedes hacerlo, me encanta, jaja :-D Un besazo
AY LOLA SANABRIA
ResponderEliminarMi Lola, que te he saltado en la respuesta anterior ¡madre mía! Perdona guapa, con la ilusión que me hace verte y te me escurres así ^-^. Besos guapa, y gracias mil, muacs
Jopee, y CIU y GALA, esto me pasa por responder seguido, me he comido una pantalla entera ¡glups!
ResponderEliminarCIU, tu visión de lo que sienten los niños siempre me llama la atención por lo precisa y por lo bien descrita. Un placer, tu comentario. Gracias
GALA, es cierto, no comprenden nuestras decisiones, sólo las sufren. Exactamente ese era el centro del micro. Gracias y muchos besos
Ahora sí, chicos, disculpad que ando muy torpe hoy. Besos a todos
Ay, qué maravilla, ese mirar la puerta me ha llegado al alma, toda la ternura del plan, mira que lo haces bien, Rocío.
ResponderEliminarUn abracito tierno
ANITA, gracias corazón, aún no saben que algunas puertas se cierran y no se vuelven a abrir.
ResponderEliminarBesos
Un plan bien calculado, con toda la inocencia de los niños, y que no cesan en su esperanza de que todo vuelva a ser igual. Ese mirar a la puerta muchas, muchas veces, es muy de niños. Besos Rocío
ResponderEliminarPURI, lo mejor de esa inocencia es que la esperanza no se pierde. De eso nos encargamos de mayores. Un beso guapa
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