Imagen tomada de la red |
Vuelvo
a mirar la calle y me asombro al ver que las farolas ya están encendidas. Casi no alumbran.
El
joven que se acerca titubea frente a un portal y continúa. Parece fundirse entre las sombras. Imagino que es la persona a la que espero y
pienso en ti durante un instante tan breve que apenas se distingue del
siguiente.
Suena
el timbre y compruebo que es él, el desconocido de mi cita, él, quien esta noche
me obligue a olvidarte y me recuerde que mi amor, tu furia y mi huida me
dejaron donde estoy, sepultada entre mil noches sin luz y con las manos vacías.
Duele, Rocío, con un dolor que se instala y es difícil de sacudir.
ResponderEliminarCuánto hay bajo el barniz de lo que se cuenta en este micro.
¡Brillante!
Un abrazo,
Hola Rocío, las manos vacías y un extraño a su puerta, fundido entre las sombras de la oscuridad y el vacío de ella.
ResponderEliminarMuy triste la verdad, pero bien escrito y con un buen título.
recibe un beso desde mis palabras. Laura.
Rocío: uno de tantos micros únicos e inconfundibles que salen de tu buen hacer. Tienes una voz tan personal, que asusta pensar hasta lo alto que puedes subir. Pero lo mereces y alcanzas merecidamente, cada día un peldaño más.
ResponderEliminarNo sabes cómo admiro la capacidad que tienes para transmitir, dibujar y hornear historias que nos dejan con la boca abierta y el corazón encogido. Vamos, que eres una auténtica pasada :)
Besos, corazón y gracias por abrir de nuevo tu blog!!
Mil besos y un achuchón inmenso,
Carmen.
Rocio, leyendo tu relato se me ha disparado una BSO en la cabeza con la voz de Sabina y su música. "Eso de querer a todos la vez y solo ser de uno con el que no se puede" no debe ser sencillo.
ResponderEliminarDuele pensar que estás inmerso en un naufragio y que todos los salvavidas que te ofrecen no sirven.
Un beso.
Triste y poético, me gustan las imágenes que proyectas Rocío. Me gusta ese instante tan breve que no se distingue del siguiente y esas manos vacías, que espero pronto se llenen.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Ay, Rocío, duele. Me gusta lo que escribes porque siempre te hace pensar en muchas cosas, siempre hay algo que me resuena dentro.
ResponderEliminarEste especialmente.
Un gran abrazo y ahora también un beso
Qué bien has descrito el desamparo, Rocío.
ResponderEliminarUn beso
Qué bien, Rocío, ya de vuelta, alguien lo dijo en face. Me alegro. Tu relato es triste, narra la historia de un desamor que deja ropa arrugada y trata de planchar con transeúntes. Venga, no pares de escribir, aunque sea de rato en rato. Por cierto, no me hagas caso, pero ese "él quien esta noche..." creo que no lleva tilde, no sé.
ResponderEliminarQuema ese encontrarse con el abandono. Excelente Rocío y qué bueno tu regreso.
ResponderEliminarIba a decir tristeza, pero vi en tus palabras "angustia" y realmente esa es la sensación que deja.
ResponderEliminarsaludillos
PEDRO, gracias Pedro, me alegro que se perciba algo bajo el barniz... Abrazos de domingo.
ResponderEliminarLAURA, muchas gracias, guapa. Los títulos nunca han sido lo mío, así que si por una vez cuadra... :-) Besos
CARMEN, gracias, gracias ¡gracias! Eres un amor, muacs
NICOLÁS, jopé qué metáfora la del naufragio ¿te la puedo robar? venga... Gracias y abrazos
ROSA, yo creo que la protagonista no va a llenar sus manos nunca, pero tú eres especialista en ver los puntos positivos. Gracias y besos, guapa
ANITA, gracias corazón, de verdad. A veces nos resuenan dentro las desgracias ajenas, a ti por empática y cariñosa. Besos
ANA, gracias, desamparo, sí, definido en una sola palabra. Beso gigante
XIMENS, gracias dobles por la metáfora de la ropa arrugada (que te pienso robar como a Nicolás) y por hacerme notar lo de la tilde. Sí lleva, "él" no acompaña a "quien" pero le falta una coma que es lo que despistaba. Ahora la añado. Este micro lo escribí hace tiempo y del tirón... y parece que las comas hacían excursiones por el texto. Quizá necesitaba otra leída, una como la tuya :-). Gracias por la lectura concienzuda y un abrazo
MARIA, muchísimas gracias guapa, ya estamos aquí :-) Un beso enorme