Ahora que todo ha pasado, le asalta la duda de siempre.
―Pero, ¿de verdad me quieres, papá?
―Claro, eres mi tesoro…
La niña se limpia las lágrimas con la manga y comienza a peinarse torpemente. Él la ayuda con los lazos y busca su mirada en el espejo. Sonríe; le acerca la boca al oído.
―Siempre que no se lo cuentes a nadie, ya lo sabes ―susurra.
Ella suspira y se echa agua fría en los ojos. Para cuando mamá llegue ni se notará que ha llorado.
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Impactante y terrible.
ResponderEliminarNo quiero creer lo que me da a entender, pero desafortunadamente ocurre muchas veces...demasiadas.
Besos, mediterráneos.
¡Caray! ¡que duro! pero que bien contado. Es difícil tratar este tema con sutileza, pero tu lo has conseguido.
ResponderEliminarUn abrazo,
Tienes la habilidad de conmoverme hasta lo más hondo. Duro y desgarrador este micro. No hace falta decir más para comprender y sentir.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Yo creo que a Marina le hubiera gustado tanto como a nosotros. Una lástima.
ResponderEliminarEscrito con delicadeza y exquisitez, has plasmado la dureza de un relato que estremece.
ResponderEliminarPensar que son reales estos sentimientos.
Recibe mis saludos.
Estos temas me pueden. Me sube una angustia desde el estómago se atora en la garganta y no puedo ni pensar. El tratamiento es exquisito Rocío. Enhorabuena. MAR HORNO.
ResponderEliminarEres única Rocío para contar las peores atrocidades con niños de por medio con delicadeza y cariño...Me encantan tus niños, ya lo sabes, pero no me canso de decirlo...
ResponderEliminarBesazos con el alma arrugadita desde el aire
¡Joputa de padre! Y haberlos haylos. Me dejó un punto fuerte de rebelión, Rocío.
ResponderEliminarPuñado de besos.
Este es de esos micros que remueven todo por dentro y si además está escrito de una forma tan cuidada como la tuya, el resultado es de diez.
ResponderEliminarMe sale la misma expresión que a Lola, estos temas me sublevan y me ofusca la rabia.
ResponderEliminarAdmiro tu capacidad para contar algo tan dramático con elegancia. Tenía pensado subir algo sobre este tema el lunes y ya no sé
Besitos
Menudo zarpazo en la conciencia, Rocío. Aquí uno viene a ser noqueado. Qué valiente eres.
ResponderEliminarUn millón de besos.
Estremecedor, Rocío.
ResponderEliminar¡Cuentas tanto en tan pocas palabras y llegas tan hondo!
Un abrazo admirado.
Es difícil con estos temas no irse a los extremos pero tú tienes la cualidad de hacerlo con delicadeza, es como un si te dieran on golpe que duele pero de una forma suave.
ResponderEliminarY sobre todo, el punto de vista infantil.
Abracico
Gala, lo has entendido bien, sí... Un beso
ResponderEliminarEsperanza, gracias, sí que es difícil ser sutil con este tema, la verdad. O lo tocas o no lo tocas... Besos
Gracias Mercedes, siempre me alegra un montón verte por aquí :-)
Depropio, no lo sé. Me lo pensé mucho para enviarlo al concurso porque me parecía muy duro para una propuesta tan lúdica. De hecho lo había castigado en un rincón hasta ahora. Gracias guapo
Anna, sí que estremece porque sabemos que hay más casos de los que se "contabilizan", me alegra que te haya gustado (bueno, lo que puede "gustar" este tipo de micros). Gracias y besos
ResponderEliminarMar, a mí también me pueden... se me ocurrió y lo he tenido en cuarentena un par de meses, hasta que me he decidido a dejarlo salir. Muchos besos
Rosa, me alegro de que no te canses de decírmelo, así, cuando titubeo sobre seguir con niños o cambiar a soldados me acuerdo de ti ;-)
Lola, jaja, sí "joputa" pero con todas las letras ;-). Gracias guapa, besos
Maite, remueve... como la vida misma. Muchas gracias y un montón de besos.
ResponderEliminarElysa, súbelo el lunes, ¡claro! cada uno lo enfoca de una manera, todas dolorosas por tratarse de lo que es, y todas empujan la conciencia y la activan la alerta... Mañana te comento :-) Besos
Susana, gracias. Valiente... no sé, ya he dicho por ahí arriba que lo escribí hace tiempo y no me decidía a publicarlo. No encaja tan bien como otros temas "más literarios" ;-) Muchos besos
Pedro, la verdad es que no hacen falta muchas palabras porque todos adivinamos lo que hay detrás... en fin. Muchas gracias y abrazos
Rose, gracias guapa. Me ha gustado la descripción del golpe suave... era la intención. Muchos besos
Estremecedor.
ResponderEliminarBlogsaludos
Ay, que no solo hablas de niños muertos... Rocío, a eso ya me había acostumbrado!!!
ResponderEliminarJope, sin decir nada dices tantas cosas. La niña que tiene la duda de saber si la quieren, y lo que le va a costar en el futuro entender que no la quería o peor, que sí la quería pero no de la manera que hay que querer a los niños.
Qué mundillo habitamos en el que leemos esto y todos entendemos.
Un abrazo y otra vez ¡qué bien escribes!
Hola Rocío, Elysa ha subido el suyo sobre este tema, y puedo decir que es tan duro como el tuyo. Es un tema tan arduo y difícil de comprender que me entra un escalofrío al leer la frase del padre.
ResponderEliminar¡Odio ese tipo de secretos!.
Lo has concentrado tanto que merece un aplauso.
Un besote y un abrazo.
Adivín ¡gracias! y un abrazo
ResponderEliminarAnita, sí, eso también lo había pensado yo, es una lástima que nos sea sencillo interpretar las señales y al mismo tiempo nos sea tan difícil hacer algo. Gracias otra vez y muchos besos
Un relato duro, pero escrito desde la sutilidad, insinuando, sin dar detalles innecesarios, estremecedor.
ResponderEliminarTerrorífico. (No existen condiciones más salvajes...)
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Como no me deja publicar en Por su culpa, lo hago aquí.
ResponderEliminarMira Rocío, sólo por esto que te copio a continuación, el relato sube a ese alféizar, se tira en picado y planea y asciende al cielo. Bueno, no, lo siguiente.
"Llevaba los rizos de un amarillo inmóvil, perfecto, y zapatitos de lazo como recién pulidos. Si nos colocábamos muy cerca podíamos ver el reflejo deforme de nuestras caras en el charol, nuestro rostro más negro. Daba miedo, la verdad".
Abrazos, cinco.
Uy aún me quedaban comentarios sin comentar aquí ;-)
ResponderEliminarManu: gracias, sí que traté de ser sutil pero es un temita difícil. Abrazos
Gemma: eso es justo lo que quería expresar el título, sí. Gracias guapa
Lola: corazón, me alegra lo que me dices de Por su culpa, porque resulta que la descripción de los rizos etc estuvo a un pasito de irse a la porra durante la corrección. Así que acabas de salvarla ;-) Muchos besos guapa
jo ,nunca tan pocas palabras contaron tantas cosas implicitas y terribles.eres una artista.un abrazo
ResponderEliminarBueno, pues seguimos sin poder publicar en los post de arriba, parece.
ResponderEliminarTe decía que en el de Voluntad propia lo que me llevaba a la confusión era lo de la muñeca que parecía otra diferente y que podías quitarlo sin problemas. Tampoco me gusta lo del pelo derramado, la imagen que me viene de agua me parece muy vista, creo que es mejor optar por algo menos lírico y quedaría mejor. Por lo demás, tanto el tono, como la voz, el ritmo y los detalles tan buenos como ese pie golpeando, hacen que el micro merezca no acabar en la papelera.
Tres abrazos.
Lola guapa, gracias, te voy a copiar en el micro que corresponde... qué curioso que sólo te de problemas para comentar en el que toca, brr (??)
ResponderEliminarTe lo agradezco de veras (y al resto también) porque no me suele pasar. O me gustan -aunque los vea mejorables- o no me gustan y los abandono en el disco duro. Pero éste me gustaba y me disgustaba en la misma medida. A ver si lo rescato. Muchos besos guapa