Imagen tomada de la red |
La nieve caía blandamente desde los almohadones de plumas sobre la cama de mamá y papá, mientras mi hermana y yo reíamos como locas.
Algunas veces nuestros padres se asomaban a la habitación vacía y se ponían a recoger el estropicio antes de que hubiéramos terminado. A nosotras nos gustaba contemplarlos en mitad de nuestra nevada, aunque odiábamos aquel silencio cauto. Siempre entraban despacio, sujetaban los cojines con fuerza y los acercaban a sus mejillas pálidas, tan claras como nuestro frío.
Algunas veces nuestros padres se asomaban a la habitación vacía y se ponían a recoger el estropicio antes de que hubiéramos terminado. A nosotras nos gustaba contemplarlos en mitad de nuestra nevada, aunque odiábamos aquel silencio cauto. Siempre entraban despacio, sujetaban los cojines con fuerza y los acercaban a sus mejillas pálidas, tan claras como nuestro frío.
Una vez más, la calidad literaria sometida a la publicidad y la “popularidad”. Otro tongo del universo concursista al que me temo que te has apuntado, Rocío, aun sin saberlo. Lástima.
ResponderEliminarHola Anónimo,
ResponderEliminarhasta que no he leído tus palabras no lo había visto así, pero es posible que tengas razón. Como indico en la entrada me enviaron una invitación directa, e incluso me hizo ilusión (!). En fin, cosas del momento.
Quiero añadir que apenas participo en concursos, fundamentalmente por la falta de tiempo y porque no siempre tengo micros que encajen con las bases... Mi vida no da para escribir algo específico, pero en este caso tenía un micro ya escrito que encajaba con lo que pedían... y acepté las bases.
Nada más, lamento que lo veas como algo negativo, si quieres charlamos por e-mail... aunque quizá tendrías que decirme quién eres ;-)
Un abrazo
Dejando al margen consideraciones diversas que podamos hacer acerca de los concursos, este micro destila calidad, Rocío.
ResponderEliminarIntimista y conomovedor. Te alejas de la típica historia de fantasmas al uso, pero nos dejas con el corazón encogido.
Suerte en el concurso.
Un abrazo.
Gracias Pedro,
Eliminares de los que yo consideraría un pelín "encasillado" pero mil gracias ;-)
Oye que conste que yo no soy ese anónimo, que últimamente me pasan cosas muy raras entre robos de cuentas y demás...
ResponderEliminarLa pieza digna de aparecer en tu futuro libro de niños ausentes ;)
Abrazo
Jajajaaaaa, Rose, me he reído un montón con tu micro. Ya sé que has recuperado tu "identidad perdida" y aprovecho para añadir que mi amigo anónimo me escribió de inmediato para identificarse y aclarar que no le parecía bien que ciertas webs utilizaran nuestros blogs para publicitarse mediante estos concursos. Y cuanto más lo pienso, más razón le veo (creo que me acabo de cargar mis posibilidades, jeje).
EliminarGracias por mencionar lo del libro que no es, ya existe en mi mente y es un regalazo. Muacs
Quería decir con tu comentario, no con tu micro, madre mía como estoy ;-)
EliminarAh cognos, ya estaba flipando al pensar que había escrito un micro sin saberlo :DDD
EliminarEl tema de los niños fantastas aparece en muchos microrrelatos, pero hija, tú has tenido las habilidad, la magia, la ternura y el buen hacer para transformarlo en un tema inmaculado, vírgen, para dejarme con la boca abierta y el corazón angustiado. Mucha suerte, es un gran microrrrelato. Un beso.
ResponderEliminarGracias Mar, guapa,
EliminarA veces hay comentarios que imprimiría para seguir escribiendo ;-)
Besos
No le des importancia Rocío, lo bueno es que has escrito uno gran texto, en tu línea. Me admira la maestría que tienes en provocar inquietud con escenas tan cotidianas y tiernas. Enhorabuena.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Agus,
EliminarAlgún día te mandaré un fantasmita a Wínnapu... antes del capítulo 100. Felicidades otra vez, desde aquí, y muchos besos
Tus niños y tú nunca dejaís de asombrarme. Lo cuentas tan bien, tan suave que siempre me sorprendes. Para bien ¡eh!
ResponderEliminarBesitos
Gracias Elysa, me alegra que aún te asombren mis niños a pesar de que creo que empiezan a parecerse demasiado entre sí... Pero es lo que me sale, a ver si empiezo a escribir sobre mascotas, por ejemplo ;-)
EliminarUn beso
Como siempre, un micro admirablemente aterrador. Realmente tienes una voz y una línea tan propias que yo también estoy esperando que des el paso a libro, por pura necesidad. Me gustan mucho tdos tus micros.
ResponderEliminarBesos
Jopé Susana,
Eliminarcómo me anima cada vez que me decís lo del libro :-), para mí sólo que lo mencionéis sin que exista siquiera un embrión ni un proyecto, ni nada, es todo un premio. Gracias guapa :-)
A eso se le llama saber administrar fría y comedidamente el terror: menos mal que te has dedicado a escribir micros...
ResponderEliminarUn abrazo grande
¡Gemma!
EliminarJaja, sí menos mal que sólo escribo y no practico con la Ouija :-P
Sí, ya sé que te referías a que al menos los textos son cortos y el miedo no se extiende durante horas, pero me lo has puesto en bandeja, jeje
Muchas gracias guapa, te hemos echado de menos estos días... la próxima vez nos vemos sin falta ¿eh? Besos
AYYY! Rocío, siempre esa voz tan personal, ese terror desgranado lento, de puntillas que provoca un escalofrío de admiración al acabar de leerte. Vaya forma de escribir. Para mí siempre es una pasada.
ResponderEliminarBesos, mil,
Carmen