Cuentistas,
Sigo manteniendo la emoción sobre la sorpresa de Fernando porque aún no sé cómo la voy a presentar ;-). De momento, por ser una entrada más facilita y rápida, os dejo el micro que llevé yo y que le tocó a nuestro Torcuato
La imagen no nos hace justicia :-) |
Cuadro de Gerardo Díaz |
DESAHUCIO
Mamá miraba el hueco de la
escalera con los ojos muy abiertos y oscuros.
Las gemelas, extrañamente silenciosas, se cogían de la mano y guardaban
sus mejillas a pocos centímetros de mi espalda.
Hasta el pez permanecía inmóvil mientras sonaban los golpes en el
portal. Yo, con mi nueva experiencia
como hombre de la casa, protegía la pecera con fuerza entre mis brazos. Y me dispuse a bajar aquel primer escalón.
Me gusta mucho ese micro. Para mí es muy visual, hay una determinación y al tiempo una sensación de peligro, de incertidumbre: la escalera, la pecera, los golpes,... que me capturó en la librería y que sigue teniendo atrapada ahora.
ResponderEliminarUn beso a los dos (Estáis guapos)
Wow! qué bueno Rocío, y el dibujo es fantástico, al ver las cosas que habéis hecho, me siento pepiiiiiiiita pulgarciiiiiiiita.
ResponderEliminarBesos
El micro, magnífico Rocío, como tú. Me encantó conocerte.
ResponderEliminarPor cierto ¿le veo cierto parecido al niño de la pecera con Torcuato o es que veo microrrelatistas donde solo hay un dibujo?
Besos
Precioso relato, de hacerse mayor con una pecera en la mano. Una imagen potente de las tuyas, con niños por medio viviendo situaciones de adultos.
ResponderEliminarPreciosa foto con Tor, lástima que yo no me hice foto así ni con Ángeles ni con Sandra...
Abrazos
Se os percibe felices!!!...Preciosa manera de contar realidades tan crueles.
ResponderEliminarSaludos desde el aire,
Hija, no mantengas tanto la tensión narrativa que van a esperar más de lo que es ja ja
ResponderEliminarÁngeles, yo iba a decir lo mismo!!!! jajaja creo que hubo tongo y Rocio sabía que su micro era para Tor. ¡¡¡es él!!! :-)
ResponderEliminarBesos!!!
Luisa: gracias, a mí también es uno de los que me gusta, la verdad. El tuyo tuneado es increíble, por cierto. Besos
ResponderEliminarMaite: aprovechando tus palabras he incluido la fuente del cuadro que se me había olvidado :-0. Gracias guapa (quedó bien, sí, todos nos esforzamos, de hecho yo no pegué ojo ;-). Besitos
Ángeles: gracias guapa, lo mismo digo :-)
No sé si será un Tor pequeñito... como encima le tocó a él, quién sabe ¿no? Pero vamos, el artista es mejicano... Besos
Anita: gracias guapa, sí lo de la foto fue idea de Tor, después pensé hacerme otra con Alberto pero entre tanto revuelo se nos pasó. Más besos
Rosa: muchas gracias, yo creo que la realidad, cuando es dura, siempre es peor para los niños... Besos aéreos ;-)
Fer: el autor de mi regalo secreto... jejej. No es por mantener la tensión, te lo prometo, es que le saqué una foto entera y quiero mostrarlo en porcioncitas, pero desde la foto principal no se lee. No me enrollo más, que es una entrada que necesita algo más de tiempo (y aún no he podido, argghhh). Mañana me voy de viaje, a ver si puedo esta noche... Y más besos.
E S P E C T A C U L A R!!!!
ResponderEliminarLa tensión del texto no tiene una palabra de desperdicio. Y está tuneado que es una maravilla.
Esta megaquedad me está dando un feliz empacho de buen gusto.
Enhorabuena!
Besos, Rocío
Gracias Patricia, ya sabes que nos acordamos de vosotros, en concreto tu nombre salió en el brindis :-). Más besos
ResponderEliminarEs un Rocío, un micro de los tuyos con esa maestría tuya para el mundo infantil.
ResponderEliminarY es verdad que hay una ten´sión, por un momento me imagino la pecera cayendo por las escaleras y rompiéndose en mil pedazos.
Un abrazo
Emotivo relato, de los tuyos, Rocío. Y el tuneado muy bueno.
ResponderEliminarBesos de pececilla.
¡¡Rose!! Gracias Rosanita, corazón. Cuánto nos acordamos de ti, ya lo sabes.
ResponderEliminarNo se me había ocurrido, pero la verdad es que si hubiera elegido otro objeto, o algún otro tipo de mascota a lo mejor no tenía el mismo efecto. Mi lectora profesional ;-). Muchos besos
Lola, siempre me pasa contigo (!?) que no te veo al publicar los comentarios y me sales después... Como te dije tengo una copia para ti... que no se me ha olvidado ¿eh?. Ya hablamos ¿vale? Gracias guapa y besitos
ResponderEliminarPUCK!! Qué desastre, te había saltado... Perdona, guapa. Pues... no sé... a ver qué dice el interesado pero tiene un airecillo, sí, jeje.
ResponderEliminarLlevo unos días trepando por diferentes paredes (en el trabajo, en casa, en la calle...) impulsado por una envidia casi insana al ver las fotos de esta megaquedada de microrrelatistas: aarrrggggg.
ResponderEliminarPero me trae aquí tu micro tuneado, que me obliga a dejarte un comentario. Un primer adjetivo: soberbio. Soberbia la recreación del ambiente con contados elementos, soberbia toda la carga trágica que se intuye detrás del esbozo, soberbio el perfil psicológico del niño, en apenas un brochazo (magistral, eso sí), a quien las circunstancias le hacen cruzar el umbral de la infancia e ingresar en la adultez de forma abrupta.
Me dijo en cierta ocasión Rosana que habíais hablado las dos sobre la importancia, en los micros, de que las piezas sean capaces de impregnar nuestra retina con imágenes poderosas. Pues bien, esa estampa que has dibujado la tengo por ahí rondando desde hace un rato. Y no creo que se esfume con facilidad.
Abrazos.
Iván, no sabes cómo te lo agradezco. Muchísimas gracias por desmigarlo con tanto cariño. Voy a guardar tu comentario como oro en paño para cuando me desespere la escritura (que a veces...). Además, creo que todos tenemos algunos textos propios que nos gustan especialmente, pues este es uno de los míos.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de la megaquedada, creo que el año que viene seremos aún más porque salió tan bien, que no os lo podéis perder ninguno y seguro que intentamos ir todos. A ver si nos conocemos entonces.
Besos
Es verdad, es un Torcuatín.
ResponderEliminarGracias, Rocío.
Una maravilla
De nada Tor, jeje, no estaba preparado, pero ¿a que da el pego? ;-)
ResponderEliminarBesos