Fuente de la imagen (Aberrant Beauty) |
Llueves como todos, hacia abajo, empapando las aceras, muy
despacio al principio. Pero calas como
pocas lluvias en la vida.
Yo te recibo desnuda, voluntaria, para que todo lo borres y
me dejo arrastrar por ese río nuestro, tuyo. Y sé que te
quiero y sé que eso cuenta, quizá.
Ruedo por el cauce, enganchando las uñas rotas a la orilla y dejo en el fondo aquellos restos que no flotan, sedimentos de piel. Y a veces, para cuando llego al mar, después de tantas piedras, apenas reconozco mi cadáver.
Ruedo por el cauce, enganchando las uñas rotas a la orilla y dejo en el fondo aquellos restos que no flotan, sedimentos de piel. Y a veces, para cuando llego al mar, después de tantas piedras, apenas reconozco mi cadáver.
Casualidades de la vida, tambén yo un año de sequía. Me alegro de que estés aquí, bien. Quítale el "como todos". Me parece que queda mejor ¿no? besos
ResponderEliminarBuf.
ResponderEliminarMicrorrelato poético donde los haya.
Besos Rocío.
Mucho tiempo :-)
Qué maravilla leerte, da igual el tiempo que pase.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Me alegro de volver a leerte. Pero mucho.
ResponderEliminarUn abrazo gordo
Muchísimas gracias chicos, qué subidón veros por aquí a pesar de mi desconexión (ayy, la inconstancia...) ;)
ResponderEliminarY... ¡Anita! Felicidades por Érase de una vez... sé que llego tarde, pero ya sabes que me alegro en el alma, guapísima.
Besos a todos, muacs
Cuánto me alegro de haber llegado a esta puerto. He disfrutado tu lectura.
ResponderEliminarSaludos!